jueves, 10 de mayo de 2018

Práctica basada en la evidencia (y evidencia basada en la práctica) en Psicología


Aunque ya expuse en otras ocasiones la definición de la práctica basada en la evidencia en psicología (voy a usar las siglas en inglés, EBPP, durante el resto de la entrada), hoy quiero ahondar en el tema y aclarar algunas cosas. Me parece importante hacerlo porque a menudo me encuentro por internet en diferentes páginas y blogs explicaciones distorsionadas, sesgas e incompletas. Me pasó hace muy poco cuando leí un artículo en el que se pretendía aleccionar acerca de "lo que es y lo que no es" la EBPP y en el que se cometían errores de bulto. El primero, y más habitual, es el de identificar EBPP con los tratamientos con validez empírica, algo sobre lo que ya llamamos la atención en un reciente artículo. Otro, el de ofrecer una definición de la EBPP incompleta. Es curioso, pero son precisamente aquellas personas que con más vehemencia hablan de la importancia de un enfoque científico en psicología las que suelen cometer estos errores.

El trabajo de referencia cuando hablamos de EBPP es una publicación de la Asociación de Psicología Americana (APA) de 2006, “Evidence-Based Practice in Psychology”, en la que voy a basar mis siguientes palabras, empezando por la definición que se hace de esta cuestión: “la integración de la mejor evidencia disponible con la pericia clínica en el contexto de las características, cultura y preferencias del paciente”. Así que podemos decir que la EBPP tiene tres pilares fundamentales: pruebas que demuestran la eficacia de las intervenciones (en sentido amplio, no solo modelos de tratamiento), las características del profesional experto y, sobre todo, factores asociados al paciente. En el blog que indicaba más arriba se hace alusión a la definición hecha en este artículo pero, misteriosamente, no menciona la última parte: las características, cultura y preferencias del paciente. Además del error que supone obviar información en un trabajo que pretende ser divulgativo y riguroso, la cuestión es más importante aún si tenemos en cuenta que son las variables asociadas al paciente las que mayor influencia tienen en los resultados de la psicoterapia. Por muy validados que estén los tratamientos y muy bueno que sea el clínico, al final el verdadero protagonista del proceso terapéutico es la persona que solicita ayuda. Ya desde el comienzo del artículo, la APA advierte que la EBPP no debe ser “mal usada como una justificación para restringir inapropiadamente el acceso al cuidado y a la elección de tratamientos”. Debemos adaptarnos a las necesidades de los pacientes y no imponerles un tipo de tratamiento específico cuando hay otras opciones que pueden ser eficaces.

Cuando se lee el artículo de la APA puede comprobarse claramente que la EBPP va mucho más allá de los tratamientos, a los que en definitiva dedica relativamente poco espacio, y que se centra en otras cuestiones mucho más importantes: principios terapéuticos. Más que contenidos, reglas que permiten que la terapia sea eficaz. Principios para una buena evaluación, una buena formulación del caso, una buena relación terapéutica y una buena intervención.


La mejor evidencia disponible

La APA lo dice claro: la investigación demuestra que la mayoría de las intervenciones conocidas y estudiadas son eficaces para abordar diferentes problemas psicológicos. Y es muy sensata a la hora de añadir que las intervenciones que no han sido estudiadas en ensayos clínicos aleatorizados no tienen que ser necesariamente ineficaces. Simplemente, no han sido puestas a prueba hasta la fecha. Esto es también importante. Muchas veces se habla con desprecio de ciertos modelos de tratamiento por el mero hecho de que no se han realizado estudios controlados. Quizás debemos ser más cautos y respetuosos (siempre dentro de los límites del sentido común, claro está: nos vamos a dar por válidas “terapias de vidas pasadas” o “terapias para curar la homosexualidad”).

Generalmente los malos interpretadores de la EBPP consideran que solo cuenta la evidencia procedente de ensayos clínicos aleatorizados. Sin embargo, la APA señala que la información se puede obtener de diferentes fuentes y ser considerada también científica: observaciones clínicas, investigaciones cualitativas, diseños experimentales de caso único, estudios en contextos reales (efectividad), estudios de variables de proceso…

La mejor evidencia o pruebas disponibles, por tanto, incluye tener en cuenta las siguientes variables y sus “combinaciones óptimas”: el método de tratamiento, las características del propio psicólogo, la relación terapéutica y las características del paciente.


Pericia clínica

Ya hablé de la pericia en psicología clínica en otra ocasión. De forma resumida, tiene que ver con aquellas características que convierten a un profesional en experto. “La pericia clínica es esencial para identificar e integrar las mejores evidencias disponibles con información clínica (…) en el contexto de las características y preferencias del paciente, para proporcionar servicios que tienen la mayor probabilidad de lograr alcanzar los objetivos de la terapia”. Los expertos en psicoterapia son capaces de valorar la relevancia de la información, identificar contenidos importantes y organizarlos de forma eficiente, sabiendo cuándo aplicarlos y en qué circunstancias, monitorizan su rendimiento y obtienen mejores resultados, entre otras cosas. La APA asocia la pericia clínica a las siguientes competencias:
  • Evaluación, juicio diagnóstico, formulación sistemática de casos y planificación de tratamientos, que tengan en cuenta las características únicas de cada persona.

  • Flexibilidad y destreza a la hora de llevar a cabo la terapia, lo que afecta a la toma de decisiones clínicas, la aplicación del tratamiento y la monitorización del progreso del consultante.

  • Pericia interpersonal: formar una alianza terapéutica sólida, mostrarse empático y crear expectativas realistas, entre otros factores.

  • Reflexionar sobre el propio desempeño y las destrezas y habilidades terapéuticas y esforzarse por seguir mejorando estos aspectos.

  • Suficiente conocimiento como para poder valorar y usar de forma útil la evidencia disponible.

  • Comprender y tener en cuenta la influencia de factores individuales, sociales y culturales.

  • Buscar, cuando sea necesario, recursos alternativos.

  • Utilizar las estrategias clínicas siguiendo un plan coherente.

Características, cultura y preferencias del paciente

Los servicios psicológicos tienen más probabilidades de ser efectivos cuando responden a los problemas específicos del paciente, sus fortalezas, personalidad, contexto sociocultural y preferencias”. Y una frase magnífica que deberían leer varias veces todos aquellos profesionales que creen que este trabajo consiste en hacer un diagnóstico de manual psiquiátrico y ofrecer un programa de tratamiento seleccionado de una lista de terapias validadas: “es importante conocer a la persona que tiene el trastorno, además de conocer el trastorno que la persona tiene”. Lo de si la persona "tiene" algo que llamamos "trastorno" ya es otra discusión en la que no vamos a entrar.


La evidencia basada en la práctica

Algunos autores proponen un giro de la práctica basada en la evidencia a la evidencia basada en la práctica, siguiendo el planteamiento de que el verdadero protagonista de la terapia es el consultante. Se trata, en pocas palabras, de que la eficacia de la psicoterapia sea evaluada en función de los resultados y del feedback proporcionado por el paciente, que sería quien guiaría la intervención y a quién se le pediría que informase si está siendo eficaz o no y cuáles serían los cambios que se podrían hacer para adaptar el tratamiento a sus necesidades. Dicho de otra manera: la terapia se guiaría por lo que dice el consultante (las pruebas o evidencias obtenidas durante las sesiones) más que por lo que dicen las pruebas/evidencias halladas en la literatura científica. De esto hablaremos en el futuro.

En cualquier caso, aunque algunos profesionales consideran que la EBPP y la evidencia basada en la práctica son enfoques diferentes, a la luz de lo expuesto en el documento de la APA y mostrando que la EBPP es mucho más que la elección de un tratamiento específico de una lista, a mi modo de ver ambas posturas pueden complementarse e integrarse, no son incompatibles.

Hasta aquí el texto de hoy. Espero que con esta entrada la cuestión haya quedado un poco más clara.

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